Prebióticos, Probióticos y Simbióticos.

“Los probióticos nos aporta bacterias beneficiosas, los prebióticos nos aseguran la viabilidad de estas”

La microbiota ayuda a metabolizar ciertos alimentos que ingerimos, y se nutre de ellos. Por este motivo, lo que comemos afecta a la calidad y composición de la microbiota.

LOS PREBIÓTICOS: 

Podemos definir a los alimentos prebióticos como “alimentos funcionales promotores de vida” para las bacterias beneficiosas del intestino.

Son el alimento de las bacterias intestinales y se encuentran en varios alimentos vegetales. En concreto son hidratos de carbono no digestibles como los fructooligosacáridos, la lactulosa, la inulina o el almidón resistente.

Los alimentos prebióticos son un regalo para nuestro intestino siempre y cuando no tengamos sobre-crecimiento bacteriano.

Estas sustancias estimulan la actividad y el crecimiento de las bacterias beneficiosas para el intestino. Por ello conviene que los consumamos de manera habitual en la dieta diaria cuando nuestra microbiota nos lo permite.

Encontramos los prebióticos en forma de suplemento aislados o acompañando a las cepas de probióticos. Es importante tener esto en cuenta ya que en muchas ocasiones se pautan cápsulas de probióticos que también contienen prebióticos a personas que no han solucionado correctamente o que no saben que tienen SIBO y comentan que les sientan mal.

Por ello es muy importante saber cuándo pautar un probiótico con o sin prebiótico.

LOS PROBIÓTICOS:

Los probióticos son microorganismos vivos, que cuando se administran de manera correcta y en cantidades adecuadas, pueden aportar beneficio para la salud.

Los encontramos en dieferentes alimentos o preparados como el kefir, kombucha, el kimchi, el miso, ciruelas umebochis, chukrut, picles y de más, siempre y cuando no estén pasteurizados. También en forma de suplemento nutricional, encapsulados o en polvo. Han de llevar una recubierta entérica que permita que lleguen tan intactos como sea posible al intestino.

No todos los probióticos tienen los mismos efectos, dependerá de las cepas específicas que contenga el preparado, por ello deben especificar las cepas y dosis que contienen.

Hay que tener en cuenta que el problema del intestino no se solucionará por aportar un simple probiótico, el tratamiento ha de ser individualizado empezando por entender y restablecer el medio donde residen los microorganismos y valorar la posible disbiosis en la que se encuentran.

Los probióticos deberán de ser entendidos y utilizados como un coadyuvante del tratamiento y deberán garantizar una buena calidad, viabilidad de las cepas, y una concentración segura y eficaz. Cumpliendo estas premisas, los probióticos serán una herramienta poderosa para la recuperación de la simbiosis y salud intestinal.

Las condiciones que debe cumplir una especie bacteriana con acción probiótica son las siguientes: 

  • Ser de origen humano  
  • Tener validación clínica de sus efectos beneficiosos para la salud humana
  • Ser resistente al pH 
  • Tener capacidad de sobrevivir y multiplicarse en el intestino
  • Tener capacidad de adherencia al epitelio intestinal y permanecer viable en el tracto
  • Tener capacidad para producir substancias antimicrobianas
  • Tener capacidad de conservar sus propiedades beneficiosas durante el tiempo de envasado.

SIMBIÓTICOS:

Los alimentos simbióticos son aquellos que en su composición incluyen probióticos y prebióticos potenciando así su efecto beneficioso para la salud intestinal. El alimento simbiótico por excelencia es la leche materna y otro ejemplo serían los preparados lácteos ricos en fibra fermentados por bifidobactérias. También encontramos los simbióticos en forma de suplementación oral de hecho la mayoría de probióticos que encontramos en el mercado son simbióticos. 

Se ha demostrado que los simbióticos son capaces de alterar la microbiota que habita en el colon, reduciendo los procesos inflamatorios de la mucosa del intestino.

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