Un poco de Historia

A pesar de que muchos piensan que la hidroterapia de colon es una técnica actual y novedosa, su práctica se remonta a miles de años. La historia demuestra que el lavado del colon surgió como efecto beneficioso para el organis­mo en diferentes culturas desde su inicio.

El lavado del colon fue descrito 1.500 años antes de J.C. en el papyrus de Ebers, un antiguo documento médico egipcio.
Los egipcios aconsejaban lavarse los intestinos tres días al mes, con el fin de conservar una buena salud. La irrigación intestinal tenía doble función para el pueblo egipcio: intro­ducir fármacos para liberar el intestino y también como una purificación interna simbólica. Se cuenta que el dios Osiris había transmitido el método a los sacerdotes-médicos y un im­portante cargo estatal llevaba el honorífico título de “guardián del ano del faraón”.
Los romanos rendían culto a un dios de las asas intestinales, que se conocía con el nombre de Creptius. 

Hipócrates describió la manera de hacer lavados de colon en sus escritos así como los tipos de plantas que debían acompañar a la limpieza en función de la patología a tratar. El Dr. Ambrosio Paré (s.XVI), considerado el padre de la cirugía moderna, fue el primero en describir la técnica de la hidroterapia como ‘la irrigación de colon con efecto terapéutico’. A principios del siglo XX el Dr. Kellogs la utilizaba como base de sus tratamientos y el Dr. Bernard Jerson dejó bien claro en sus escritos que “es de capital importancia la limpieza de colon como premisa para cualquier tratamiento”.

Muy lejos de ser una técnica moderna,70 años atrás el Dr. Vicente Lino Ferrándiz, creador del quiromasaje, ya realizaba hidroterapia de colon en Barcelona y más tarde su discípulo el Dr. Jordi Sagrera Ferrándiz. Hoy en día ya es una técnica conocida y empieza a tener el prestigio que merece. 
Profesionales como la Dra. Irina Matveikova están realizando estudios científicos con el objetivo de avalar sus beneficios.

“La muerte se esconde en el intestino. Los hombres somos producto de lo que comemos y pensamos”
 (Paracelso)

“Purgar los intestinos elimina la fuente del veneno, y permite así que la sangre y la energía se regeneren naturalmente. Limpiando los intes­tinos reparamos el cuerpo”
(Chai Yu-hua)